lunes, 4 de julio de 2011

¡Presidencia, basta de activismo!

En el PAN empieza a intensificarse la molestia por la injerencia (y presión) de Felipe Calderón para inclinar los dados a favor de Ernesto Cordero. La rebelión se está gestando
Una revolución se gesta al interior del panismo nacional y el factor que determinará si ésta estalla o no será el activismo electoral del Presidente de la República, Felipe Calderón. Sí, diferentes voces y posturas dentro del panismo expresan su inconformidad por la intromisión presidencial tanto en las decisiones del partido como en la eventual designación del aspirante a la residencia oficial de Los Pinos en 2012.
Si bien el descontento de diferentes sectores de Acción Nacional no se ha hecho público, entre las filas albiazules se registra una molestia por lo que se considera una eventual imposición del candidato presidencial panista para la elección federal del próximo año; que esta sensación disminuya o incremente dependerá del actuar de Felipe Calderón, de nadie más, señalan voces en las entrañas del panismo.
“Hay un gran descontento al interior del PAN por la forma autoritaria en la que se han manejado las cosas desde Los Pinos; le han robado su propia vida interna y lo han plegado a ser un partido subordinado”, apunta el politólogo José Fernández Santillán.
Así, en medio de la agitación y activismo de los diferentes presidenciables del PAN, la lupa deberá estar sobre la actitud del actual inquilino de Los Pinos, que en los próximos meses se verá obligado a decidir si continúa con la vieja práctica priísta de la imposición –el dedazo– o si permite elegir un candidato de unidad, que cuente con serias posibilidades de retener la Presidencia de la República.
De ser este último el caso, la nominación panista recaería en Santiago Creel, ya que según cifras de la consultora Mitofsky, publicadas en febrero pasado, el senador cuenta con 25.7% de las preferencias internas del panismo, seguido por la diputada Josefina Vázquez Mota (11.1%), y los secretarios Alonso Lujambio (5.2%) y Ernesto Cordero (4%); los dos últimos son considerados la opción B y A, respectivamente, de Calderón.
No obstante, tanto el senador como la diputada federal no gozan de la aprobación presidencial y, bajo esa idea, sus candidaturas estarían prácticamente vetadas.
“Si los panistas no salimos unidos estamos perdidos en la elección de 2012”, dijo a los medios José Ángel Córdova Villalobos, secretario de Salud; declaraciones que dejan entrever la ruptura albiazul y que auguran resultados negativos para el PAN en caso de no superar esta disyuntiva.
En el mismo sentido, Vázquez Mota fustigó las pugnas internas e imposiciones que enfrenta el panismo, y las señaló como las causantes de la pérdida de gubernaturas y alcaldías en las últimas contiendas electorales.
Hoy, apuntan las fuentes consultadas, la balanza se inclina hacia la intromisión presidencial a favor de Ernesto Cordero, lo que augura un magro panorama para la unidad panista debido a que el activismo oficial no cederá y seguirá influyendo en los designios del partido actualmente encabezado por Gustavo Madero.
En este sentido, la personalidad del Presidente es otro factor de riesgo, ya que, según mencionan diferentes panistas, el mandatario es una persona que busca tener el control de todos los asuntos, que nada se salga de su espacio de dominio, y es intolerante a la disidencia.
“El Presidente ha trabajado todos estos años, incluso antes de su postulación en 2006, para centralizar el poder dentro de su persona en el partido”, destaca el catedrático del ITESM, José Fernández Santillán.
Por ello se prevé que rehusará dejar la elección del candidato presidencial en manos del partido y que aplicará la misma presión a sus opositores que ejerció en contra de Manuel Espino Barrientos, ex dirigente nacional del PAN y uno de los claros disidentes de la intervención presidencial en la vida del partido.
Así, se considera que quienes se opongan a las decisiones de la Presidencia podrían enfrentar una situación similar a la de Espino –que hoy espera la respuesta en torno a la acción apelativa que realizó en contra de su expulsión del PAN–, salir de los favores del poder o bien verse inmerso en el “fuego amigo” de la corriente afín al mandatario.
Como sea, la confrontación al interior del PAN ya está dada y será sólo cuestión de tiempo antes de que la inconformidad haga explotar la aparente burbuja de unidad, lo que provocaría una suerte de batalla interna que sólo debilitará al partido en el poder y beneficiará a sus adversarios políticos.
La sentencia es clara: el Presidente deberá sacar las manos de cualquier tipo de activismo electoral y de la designación del candidato hacia 2012, pues de no hacerlo se corre el riesgo de aumentar la desunión panista y, en el extremo, abrir las puertas para que la oposición llegue a Los Pinos.
“Es preocupante la actitud del Presidente que no tiene nada que ver con la democracia del país y que, en contraste, está provocando una reversión autoritaria”, concluye Fernández Santillán.

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