lunes, 1 de agosto de 2011

El dilema del Presidente

¿Imponer al candidato, que no necesariamente es el mejor posicionado en las encuestas, o dejar que el PAN brille por sí solo y escriba su propio destino? Esa es la disyuntiva que tarde o temprano tendrá que resolver Felipe Calderón. Al respecto, los especialistas advierten que de esta decisión dependerá la estabilidad panista para los próximos años.

Los habitantes de un inmueble ubicado en la colonia Del Valle, al sur de la Ciudad de México, están registrando altas dosis de preocupación. Su inquietud es motivada por los días que se aproximan, específicamente, por la sucesión presidencial, pero sobre todo por el comportamiento que registrará su hombre más influyente: el Presidente de la República, que inevitablemente tendrá que tomar una decisión que pondrá en juego la estabilidad de su grupo político.
Desde el war room del PAN han empezado a salir los mensajes de alerta en torno a los movimientos que se están manifestando al calor de la jornada electoral que tendrá lugar el 1 de julio de 2012, pero hay uno que genera alarma: el activismo de Felipe Calderón, quien está en la encrucijada de operar como jefe de campaña e imponer a su candidato o dejar que su partido camine por sí solo y decida quién será su mejor exponente para aspirar a mantener la continuidad en el Ejecutivo federal.
De acuerdo con las entrevistas mencionadas en este artículo, el panismo –sobre todo aquel que no ve a la figura presidencial como un poder cuasi celestial– trae el alma revuelta, alberga una enorme preocupación por los tiempos que se aproximan, ya que considera que el Presidente no dejará libre el camino que va rumbo a la sucesión y, bajo esa hipótesis, no descarta que la candidatura presidencial recaiga en alguien del círculo cercano de Los Pinos, Ernesto Cordero o Alonso Lujambio.
Será el Presidente de la República, nadie más, quien destrabará esta disyuntiva o alguna otra posibilidad. De acuerdo con las fuentes consultadas, una imposición presidencial no está descartada. Todo lo contrario. Es una posibilidad muy latente, que algunos incluso dan por un hecho. Al tiempo.  
Así, el proceso de selección de los precandidatos presidenciales del PAN está en el ojo del huracán, pues de éste se desprenderán respuestas que darán mayor claridad al horizonte inmediato del partido en el poder. Bajo la mirada de los expertos, difícilmente el Presidente cesará en sus intentos por colocar a su abanderado como el suspirante que representará al PAN en las urnas.
“El presidente ha estado metiendo las manos en el proceso de manera evidente y no va a quitar el dedo del renglón para mantener a sus aspirantes hasta el final”, apunta José Fernández Santillán, catedrático del ITESM Campus Ciudad de México.
“Calderón no va a ceder en su empeño de influir a favor de su candidato, como ha pasado en otros sexenios. No hacerlo implicaría permitir que otros grupos traten de incidir”, complementa Gustavo López Montiel, también experto en política de dicha casa de estudios.
“Yo creo que el PAN está atrapado entre dos paradigmas equivocados: uno es el viejo paradigma priísta en el que el Presidente era el jefe nato de su partido y por tanto tenía un poder inconmensurable; el otro tiene que ver con la filosofía panista, que se concibió desde hace muchos años, que criticaba la subordinación del PRI hacia el Presidente. Entre esos dos paradigmas el PAN no encuentra su lugar”, sostiene Agustín Basave, doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Oxford, Inglaterra.
Bajo estas consideraciones, varios son los escenarios que están en juego: si hay una imposición, la posibilidad de que el PAN mantenga el poder máximo se convierte en una apuesta difícil; si no la hay, entonces habría lugar a una contienda más competida contra el PRI y el PRD, toda vez que se elegiría al panista mejor posicionado, lo que no garantizaría necesariamente el triunfo, pero sí la posibilidad de irradiar la imagen de un partido unido que podría fortalecer incluso a los candidatos al Congreso.
Éstos son, a grandes rasgos, los panoramas trazados por los expertos en torno a los panistas, basándose en los elementos que hasta la fecha imperan en la vida política del país. No obstante, “en política, todo puede pasar”.

LAS TENDENCIAS
Felipe Calderón ha vivido personalmente la coyuntura que hoy agobia a su propio partido. En 2006, se impuso a Santiago Creel en la contienda panista por la candidatura, cuando los favores y el respaldo del entonces mandatario Vicente Fox recaían en su principal competidor.
Sin embargo, hoy, México es otro y las circunstancias que imperaban en aquel entonces pudieron dar paso a un caballo negro. Por ello, Jorge Buendía, director general de Buendía & Laredo, advierte: “La preferencia presidencial no implica que no pueda surgir otro aspirante; además, este proceso es algo que se le puede ir de las manos al Presidente”.
Ante el interés que ha generado el proceso de selección panista, desde la carrera de destapes hasta las esperadas declinaciones, la competencia no ha hecho más que iniciar, y en este sentido los números y tendencias en torno a los cinco candidatos que aún permanecen en la carrera seguirán cambiando conforme se acerque la fecha límite para designar a los precandidatos y al abanderado panista.
En este sentido, las recientes encuestas (Consulta Mitofsky y Gabinete de Comunicación Estratégica) señalan que, respecto a los presidenciables del PAN, la pelea se está realizando prácticamente entre dos contrincantes: la coordinadora de la bancada del partido en San Lázaro, Josefina Vázquez Mota; y el hoy senador con licencia, Santiago Creel. Les siguen de momento los secretarios Alonso Lujambio (SEP) y Ernesto Cordero (SHCP); en un rezagado quinto puesto el gobernador jalisciense Emilio González Márquez.
“Lo que hay hasta el momento es una pasarela de personajes, de los cuales muchos no tienen posibilidades de ser candidatos. Hay dos punteros, pero aún están adentro algunos aspirantes que saben que no serán elegidos, pero están ahí para ganar posicionamiento, tanto dentro como fuera del partido”, apunta el politólogo Gustavo López Montiel.
Así, a la cabeza se encuentran dos personajes que aparentemente no gozan de las filias calderonistas. Si a esto se le agrega el hecho de que las dos cartas de Calderón (Lujambio y Cordero), se encuentran en los distanciados tercer y cuarto sitio, la lógica política orillaría a pensar que el mandatario pueda sacar las manos del proceso interno y permitir que el cauce electoral siga su curso rumbo a la designación del aspirante panista a la Presidencia.
Pero esto no será así. Según las lecturas de los analistas políticos y militantes del propio PAN, el Presidente de la República seguirá empeñado en ser él quien designe al representante panista que deberá enfrentarse, de seguir las tendencias tal como están, al priísta Enrique Peña y a los perredistas Andrés Manuel López Obrador o Marcelo Ebrard.
¿Pero cómo logrará el Presidente colocar a su delfín? ¿Será capaz de conseguirlo sin lacerar el espíritu democrático del partido y sin tocar las fibras sensibles de una militancia cada vez más rebelde a sus designios? ¿Cuáles serán los costos tanto para el partido como para el propio mandatario?
Esas son las preguntas que alimentan el dilema de Felipe Calderón.

SELECCIÓN, CLAVE
Bajo estas interrogantes, las lecturas de los especialistas son diversas; sin embargo, coinciden en que según el método que adopte el PAN para la selección de su candidato aumentan las probabilidades de uno u otro suspirante presidencial. “La clave está en el método de selección que elija”, destaca José Fernández Santillán.
Si el Consejo Nacional del PAN opta por el mecanismo de elección abierta a la ciudadanía, las puertas se abrirían para una eventual victoria de Santiago Creel, dado que éste aparentemente goza de una mayor aprobación y reconocimiento de la población. Pero el riesgo de este método, apuntan los politólogos, sería una eventual inconformidad de la militancia panista, al negársele la posibilidad exclusiva de elegir a su candidato.
Por otro lado, una votación interna entre las filas panistas, cerca de un millón 800,000 militantes, permitiría a Vázquez Mota convertirse en la primera mujer con posibilidades reales de llegar a la Presidencia, al ser vista como la mejor opción en las entrañas del PAN y con tendencia alcista en las preferencias del electorado. Los riesgos, dicen los politólogos, son menores, pues se obtendría una opción surgida y elegida por los propios panistas.
Un tercer caso, visto como el único camino posible para que Calderón imponga a su candidato, es la designación a través de un Consejo Político, donde el Ejecutivo tiene el control de este órgano interno y podría sumar los votos necesarios para que Alonso Lujambio o Ernesto Cordero asuman la tarea de competir en las urnas en 2012. No obstante, entre la terna de opciones, ésta es vista como la más compleja para la cohesión panista.
“Calderón tiene control sobre los consejeros nacionales, lo que incrementa las posibilidades de Cordero, o, en dado caso, de Lujambio. Ahí están marcadas las cartas”, apunta Fernández Santillán.
“La elección mediante Consejo Político Nacional, donde el Presidente tiene las riendas, es casi por definición antidemocrática y significaría que Acción Nacional renunciaría a su facultad de elegir candidato. No creo que ésta sea una apuesta que estén analizando en el partido”, añade Jorge Buendía.
En contraste, el analista de la UAM, Federico Estévez, sostiene que los roces y enfrentamientos internos podrían darle un poco de vida.
“Lo mejor para el PAN en las precampañas sería que realizara una segunda vuelta, que hubiese suspenso en la selección del segundo lugar. Eso eliminaría los fantasmas de una imposición, pues sería sumamente complicado que quedarán los dos candidatos del gabinete”, señala el analista.
Por ello, los focos de alerta se encenderán inmediatamente si el CEN panista se decide por este mecanismo de selección, lo que bien podría intensificar el descontento que actualmente se respira en el partido ante la injerencia calderonista en sus resoluciones.
De momento, y según los tiempos panistas, su candidato fuerte para la Presidencia de la República se definirá en el primer trimestre de 2012.

EL DÍA DESPUÉS
Si bien el PAN no operará bajo el supuesto de verse derrotado antes de tiempo, los expertos ya ponen sobre la mesa un Plan B que podría ayudar al panismo a repensarse y a regresar a sus orígenes: trabajar en la idea de cómo sería como oposición, frente a una eventual Presidencia priísta.
 “Hoy, todos los partidos piensan en la elección, pero ninguno en el día después”, destaca José Fernández Santillán, quien añade que el PAN deberá rechazar la injerencia presidencial y buscar autonomía, pues lo que “está en riesgo es la vida propia del partido. Esta derrota le podría regresar a la marginalidad, la caída sería muy dolorosa y significaría una regresión a la hegemonía del PRI”.
De esta manera, el PAN también deberá prepararse para recibir de la mejor forma posible el intenso golpe que significaría perder los hilos del poder, por lo que tendría que estar preparado para aceptar un papel secundario en las grandes decisiones del país y ser el contrapeso de un rival que también buscará el control del Congreso para tener días de campo el próximo sexenio.
Así, en caso de perder la Presidencia, los primeros momentos después de los comicios revelarían un descontento del partido hacia la brújula calderonista; sin embargo, antes de que eso pudiera suceder, los panistas también deberían estarse planteando qué harían ante la derrota y cómo se reconstituirían.
Por un lado, una parte de los analistas considera que el impacto de las votaciones en su fuerza legislativa será severo, pero otro segmento estima que todo dependerá del porcentaje de votos que reciba -(en la pasada elección federal para legisladores obtuvo 30% de la votación, independientemente de los votos presidenciales), pero se augura que la cifra rondaría el 25%, no muy alejada de lo que tiene hoy en día.
Como sea, el Presidente se encuentra en una encrucijada: guardar sus distancias o imponer a su delfín, bajo los riesgos que significarían una u otra apuesta.

Por Erick Zúñiga y Jonathán Torres

No hay comentarios.:

Publicar un comentario